Miles de pequeñas granjas agrícolas y ganaderas han conformado, durante años, el tejido económico y social del medio rural, un medio rural lleno de vida con gentes en las casas, escuelas en los pueblos, consultorios médicos abiertos, transporte público y diversos servicios de proximidad.
Esta actividad productiva era la base para el mantenimiento de otras actividades económicas: carpinterías, herrerías, construcción, etc. formando un conjunto armónico (no perfecto, nada lo es) y bastante equilibrado, que ya ponía en práctica lo que ahora denominamos economía circular o, en términos ambientales y sociales, desarrollo sostenible.
Las sucesivas políticas agrícolas y ganaderas de la Unión Europea han provocado la desaparición de la mayoría de estas pequeñas explotaciones bajo el argumento de una excesiva producción láctea o la falta de competitividad de nuestro sector agrícola y ganadero, favoreciendo la creación de un modelo agro-ganadero basado en la apropiación de los recursos naturales (agua, tierra, semillas,..) y la producción industrial de alimentos por grandes grupos económicos ajenos a los intereses de los y las habitantes del medio rural. Un modelo que ha expulsado y sigue expulsando población de nuestros territorios, destruyendo empleo, compitiendo de forma desleal con la ganadería extensiva y local, contaminando nuestros suelos y acuíferos, contribuyendo a la destrucción de nuestros ecosistemas.
Un modelo ya considerado insostenible por las propia Unión Europea, tanto por su incidencia en el cambio climático, como en el abandono y despoblación de grandes extensiones de los países miembros.
Por ello COCEDER, como entidad social que trabaja en numerosas comarcas rurales de la geografía española, defendiendo la vida en estos territorios, MANIFIESTA su OPOSICIÓN al mantenimiento y nueva instalación de grandes proyectos agroganaderos que deterioran social, económica y ambientalmente nuestros pueblos.
TODO NUESTRO APOYO a las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas y ganaderas que hacen una verdadera gestión sostenible del territorio, produciendo carne de calidad a través del aprovechamiento de prados y pastizales, colaborando en la prevención de incendios, permitiendo el desarrollo de otras actividades económicas que generan empleo y riqueza, y contribuyendo a una mejora de la calidad de vida tanto de la población rural como urbana, tan necesaria para el mantenimiento de la vida de todos y todas.