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Los centros de desarrollo rural de COCEDER en Castilla y León, Almanzor, El Villar, Carrión de los Condes, Carrión y Ucieza, Valdecea y El Sequillo, ha continuado con los programas pero adaptados a las nuevas circunstancias de confinamiento.

Todos los CDR de Castilla y León han prestado especial atención a los colectivos más vulnerables, con reparto de alimentos y otros bienes de primera necesidad. En el CDR Almanzor (Barco de Ávila, Ávila), por ejemplo, aseguran que ha aumentado el número de personas beneficiarias del programa de atención urgente de las personas en riesgo de exclusión social. Se han atendido a 44 familias y 99 personas en total, entregando alimentos, asesorando y apoyando en temas de pago de alquileres, suministros básicos, gestiones de ayudas… También se lleva comida a 38 personas mayores de 12 pequeñas localidades rurales de la comarca y atienden a diez familias prestando servicios de ayuda a domicilio.

El Villar (Hospital de Órbigo, León) atiende a 20 familias de la zona, transporta productos del Banco de Alimentos y completa la ayuda, ha abonado alquileres y recibos, incluso ha prestado ordenadores para los menores. La atención se realiza de forma coordinada con los CEAS, como también confirma el CDR Carrión y Ucieza (Monzón de Campos, Palencia), que en este periodo ha atendido a unas 40 personas. Además, este CDR decidió crear “CDR Carrión y Ucieza en casa”, una manera de hacer partícipes a todos los usuarios de sus programas y diariamente les facilitan actividades. También llevan a cabo un acompañamiento telefónico para realizar un seguimiento y que los lazos de grupo continúen aún más fuertes. Por su parte, el CDR Valdecea (Mayorga, Valladolid) también ha repartido a domicilio a 42 personas productos de primera necesidad, de higiene y ropa infantil, y colabora con los colegios para coordinar el programa de Internet Móvil a familias desfavorecidas. El CDR Carrión de los Condes (Palencia) afirma que en este tiempo de confinamiento ha atendido a 375 personas en los diferentes programas que tiene en marcha.

Las personas mayores se han tenido que adaptar a la nueva forma de trabajar a distancia, con ejercicios de psicomotricidad, por ejemplo, que envía El Villar a 73 personas de 12 núcleos de población o de estimulación cognitiva a través del móvil e internet. En este programa atienden a 141 mayores, y quien sólo tiene teléfono fijo le envían quincenalmente a su domicilio el material didáctico. Asimismo, Valdecea atiende a 50 personas manteniendo contacto telefónico, con el que pueden compartir experiencias, emociones, prevención de timos… y con un cuaderno de actividades de estimulación cognitiva. Lo mismo que ha realizado Almanzor con más de 40 personas mayores de cuatro pequeñas localidades de la comarca.

A los participantes del programa de respiro familiar y envejecimiento activo del CDR El Sequillo (Tordehumos, Valladolid) también les envían material y actividades, mantienen el contacto por teléfono para evitar que se sientan solas y continúan prestando servicios de ayuda a domicilio con comida como lo hacían hasta ahora.

Menores

El cierre de los colegios hizo que se incrementasen las desigualdades, ya que desde este CDR comprobaron que un número importante de menores no disponen de medios informáticos en su domicilio. Por ello, consiguieron una subvención de la Obra Social la Caixa para adquirir tablets y poder prestárselas. Lo mismo ocurrió en Carrión y Ucieza, donde trataron este problema de falta de conexión a internet con el equipo educativo del Colegio Comarcal de Monzón de Campos, inconveniente que se ha paliado a través de Educación.

Valdecea ha colaborado con el equipo de orientación de Medina de Rioseco y los directores de los diferentes centros (Villalón de Campos, Becilla de Valderaduey y Mayorga) para apoyo en el trabajo desde casa repartiendo las tareas impresas por los domicilios a 15 usuarios.

Los más pequeños también siguen atendidos de forma telématica: en El Sequillo las educadoras del programa de conciliación– dirigido a menores de 0 a 3 años- y la de tiempo libre infantil, les envían fichas con contenidos educativos y actividades lúdicas. En Valdecea con los 10 menores de la guardería de Villalón de Campos han creado un Aula Virtual con Class Dojo, una aplicación móvil que les ha permitido crear una cultura positiva de refuerzo y compartir momentos con las familias.

En el programa de animación de tiempo libre y el de acompañamiento escolar de El Villar participan 114 niños y niñas, y otros 45 menores son atendidos en Almanzor en el programa de apoyo escolar y conciliación. Sin olvidar tampoco el programa “Jóvenes activos y solidarios”, de El Sequillo, que ha continuado de forma online con talleres de educación ambiental y actividades de ocio.

Formación On Line

El Villar ha mantenido de forma on line la formación para el empleo orientada a facilitar la inserción sociolaboral de personas que se encuentren en situación de dificultad o exclusión social, con 15 personas que participan en este programa integral, así como la formación educativa en la que participan 165 personas y acciones formativas y culturales para favorecer la participación de las mujeres en situación de riesgo de exclusión social, en el que participan 52 mujeres.

En Ucieza continúan atendiendo y asesorando a quienes demandan información para asentarse en el medio rural, con 250 personas de la zona del Bajo Carrión que participan en el programa de sensibilización y concienciación sobre la despoblación. Valdecea también prosigue con el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES) orientando a los usuarios en herramientas, búsqueda de empleo y realización de un curso de formación de igualdad de oportunidades online.

Inmigrantes

Lo mismo ocurre con la atención telemática a las personas inmigrantes. En El Villar han favorecido la residencia de las mujeres inmigrantes en la comarca del Alto Órbigo con actividades como asesoramiento y acompañamiento en diferentes trámites, en lo que participan 15 mujeres inmigrantes. En Valdecea las clases de español se realizan de forma telemática, con un cuaderno para trabajar de forma autónoma desde sus casas, igual que en El Sequillo con fichas y con pequeñas conversaciones individuales y en grupo, por teléfono y WhatsApp.

Discapacidad

Otro colectivo con el que mantienen el contacto telefónico son las personas discapacitadas, por ejemplo, Valdecea tiene comunicación con siete personas, con las que comparten experiencias y emociones y hacen seguimiento de las actividades propuestas.

Por último, pero no menos importante, en todos los centros de desarrollo rural continúa la labor primordial de las personas voluntarias, que juegan un papel fundamental en el día a día del trabajo que se realiza con los diferentes grupos sociales. Por ejemplo, en el CDR El Sequillo siguen colaborando con actividades como hablar por teléfono con las personas mayores que viven solas, realizando videollamadas grupales con los jóvenes con discapacidad, acercando las comidas a los domicilios de las personas mayores o responsabilizándose de la recogida de alimentos en el Banco de Alimentos, de su distribución y entrega en los domicilios de las familias que no pueden trasladarse a recogerlos a nuestra sede en Tordehumos.