El proyecto de nuestro centro asociado CDR Cultural Grío, el Centro de Menores Río Grío, ha sido seleccionado como buena práctica en la categoría de intervención dentro del XXXII Congreso anual de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, cuyo lema en esta edición es El derecho a los servicios sociales de la infancia y adolescencia”. 
 
Hace 28 años que la Asociación Cultural Grío comenzó este camino con un sueño: ofrecer a niños y jóvenes un lugar seguro donde sanar, aprender y crecer. En un entorno reparador, arropados por una comunidad que los acoge y que les acompaña en la construcción de nuevas oportunidades. Hoy, este reconocimiento recuerda que ese sueño sigue vivo en su pueblo, Codos (Zaragoza).
 
La buena práctica se articula en torno a una intervención socioeducativa integral con menores en situación de protección, desde un enfoque comunitario, en un entorno rural. Se lleva a cabo en el Centro de Menores Río Grío, en el municipio de Codos (Zaragoza), a través de una metodología basada en la vinculación con el medio, la participación activa y el acompañamiento emocional personalizado. El proceso parte de un plan individual de intervención para cada menor, que se construye desde el primer día de ingreso, y que se revisa periódicamente en coordinación con el equipo educativo, el entorno escolar, los recursos sanitarios y los servicios sociales de referencia. Las áreas que se trabajan son: habilidades personales y sociales, gestión emocional, integración comunitaria, hábitos de vida saludable, formación y empleabilidad. Los menores mantienen una vida cotidiana estructurada y normalizada, con rutinas, escuela, ocio y responsabilidades domésticas que reproducen un entorno familiar estable y educativo.
 
El Centro de Menores Río Grío destaca por un modelo innovador basado en la educación integral en un entorno rural, donde el contacto comunitario y la naturaleza actúan como agentes pedagógicos.  En un entorno rural pequeño, donde cada historia cuenta, trabajan por ofrecer acompañamiento, cuidado y comunidad.  Que se valore este trabajo es también un gesto de gratitud hacia todas las manos, corazones y voces que hacen posible que Río Grío siga siendo un espacio de vida, esperanza y futuro.
 
Gracias al comité organizador por visibilizar proyectos que creen en las personas y en los pueblos. El próximo 13 de noviembre, en en el Centro Cultural La Serna Fuenlabrada (Madrid), dará comienzo el Congreso Anual sobre el derecho a los Servicios Sociales de la infancia y la adolescencia, donde Río Grío estará presente para recibir su reconocimiento y mostrar quiénes son y cómo trabajan. Mientras, continúan adelante con ilusión y compromiso, porque educar, incluir y cuidar también transforma el mundo.
 
Proyecto Río Grío

El Centro de Menores Río Grío inició  actividad en 1997 en Codos, municipio de 217 habitantes, con el objetivo de ofrecer acogimiento residencial y educativo a menores, tutelados por el Gobierno de Aragón, con alteraciones de conducta o en situación desprotección. En Grío actualmente se trabajan cuatro secciones —casas I a IV— y una casa de emancipación para jóvenes mayores de 18 años. El proyecto inició su andadura con cinco menores, actualmente acoge a 30 y tres jóvenes emancipados. 

Su equipo multidisciplinar( psicólogos, pedagogos, maestros, trabajadores y educadores sociales, junto con un psiquiatra), trabajan de forma coordinada y estable, con reuniones periódicas y formación continua, basándose en los principios de individualidad, flexibilidad y socialización, dentro de un enfoque educativo centrado en la persona. 

El emplazamiento rural de Codos constituye un entorno educativo privilegiado y altamente integrador, que favorece múltiples objetivos: separación del contexto de origen potencialmente perjudicial para menores; la reeducación y socialización en un medio positivo y seguro;  visualización de los menores como parte activa en comunidad, participando en la vida cotidiana del pueblo. La implicación vecinal y comunitaria actúa como elemento de contención social y apoyo educativo, reforzando la cooperación y sentido de pertenencia. Además, el entorno físico facilita  estabilidad y seguridad, permitiendo una reinserción gradual y adaptada a la edad y madurez de cada menor.

El perfil de los menores incluye niños y adolescentes de 6 a 21 años, derivados desde la Diputación General Aragón, muchos procedentes de contextos familiares desestructurados, con historial de violencia, abandono o consumo de drogas. También acoge menores extranjeros no acompañados (MENAS) y niños con necesidades educativas especiales o trastornos del desarrollo.

El modelo educativo promueve el desarrollo integral, autonomía, corresponsabilidad y participación. La escolarización es obligatoria y se refuerza con apoyo educativo individualizado, actividades comunitarias, terapias (psicológicas, ecuestres, musicales) programas formativos y laborales. Se fomenta la convivencia, gestión emocional y aprendizaje de hábitos saludables, higiene y  alimentación equilibrada. Las actividades del centro incluyen trabajo con animales, huertos y talleres, con un fuerte componente terapéutico y pedagógico. El cuidado de los corrales y animales, fomenta la empatía,  responsabilidad y  autoestima. La participación en la vida del municipio es clave en su integración.

La coordinación institucional es continua con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales, centros educativos, servicios sanitarios, judicatura, empresas y entidades locales. El proyecto se rige por la normativa aragonesa y estatal sobre protección de menores e infancia.

Hasta la fecha, 205 menores han participado en el proyecto, de los cuales el 78 % ha logrado una integración social satisfactoria —ya sea por retorno familiar, acceso al empleo, continuación de estudios o emancipación. También se valora la continuidad voluntaria en Codos de jóvenes sin alternativa familiar, la capacidad de respuesta del equipo educativo ante nuevas necesidades y la cobertura de servicios básicos (salud, formación, alojamiento, transporte y alimentación). Asimismo, se observa la participación activa de los menores en la vida comunitaria y la reducción de conflictos conductuales. En el ámbito cualitativo, se evalúa la satisfacción de menores y profesionales, la estabilidad del centro y la calidad de los vínculos creados, ya que muchos exresidentes mantienen el contacto con el equipo, reflejando la permanencia del lazo educativo y afectivo.

En conjunto, Centro Río Grío combina educación, afectividad y estructura social para ofrecer una intervención educativa integral orientada a la reinserción familiar y social, autonomía personal e inclusión comunitaria de los menores atendidos.